Por comodidad, rapidez y seguridad, el Metro se ha vuelto el preferido de muchos. En cinco meses y medio, ha realizado 23 millones de viajes; la mayoría salieron desde la estación de Quitumbe. ¿Cómo afecta esto al resto de buses?
POR: Karen Mantilla Ulloa
En cinco meses y medio de operación —desde inicios de diciembre hasta ayer— el Metro de Quito realizó 23 millones de viajes. De hecho, abril se convirtió en el mes de mayor afluencia de 2024, con un promedio de 142.000 viajes diarios. Gracias a eso, las cifras subieron de 16,4 millones a finales de marzo a los 23 millones actuales.
El Metro es considerado el medio de transporte más moderno y rápido de Quito; y es que conecta el sur y con el norte de la ciudad en apenas 34 minutos, lo que en un bus tradicional, tomaría una hora y media, y hasta dos, dependiendo el sector.
Los viajes, según la estación de la cual partieron, fueron distribuidos así:
- Quitumbe 2’890.666
- Morán Valverde 1’553.223
- Solanda 1’066.377
- Cardenal de la Torre 675.683
- Recreo 1’866.939
- Magdalena 1’205.081
- San Francisco 2’194.915
- Alameda 1’120.179
- Ejido 1’489.305
- Universidad Central 1’603.911
- Pradera 530.072
- Carolina 1’446.886
- Iñaquito 2’246.275
- Jipijapa 696.879
- Labrador 2’414.707
Total: 23’001.098
Ecuador Chequea realizó recorrido entre Quitumbe y El Labrador en dos días y tres horarios distintos: 06:30, 12:00 y 18:00. El criterio general de los usuarios es que prefieren este sistema, precisamente, por la rapidez y la seguridad que les ofrece. En estos viajes se visibilizó que hay horas específicas en las que hay más afluencia de personas.
Por ejemplo, a las 06:30 de la mañana, en la estación Quitumbe, la cantidad de usuarios es abundante: estudiantes y trabajadores, principalmente. De hecho, al consultar a 10 personas por qué prefieren el Metro, todas concordaron en el tiempo y la seguridad.
Leslie Paz tiene 24 años y vive en la Ciudadela Del Ejército, un barrio ubicado en el sur de la capital. Tiene su tarjeta del Metro y trabaja en una empresa ubicada en Carapungo. Cuenta que como no consiguió un cupo en la universidad, tuvo que buscar trabajo. Ocupa un puesto como secretaria y prefiere ir en Metro porque se ahorra más de una hora de tiempo.
“Salgo de mi casa en un alimentador que llega a Quitumbe: esos son 35 centavos. Luego ingresó al Metro, ahí ya he gastado 75 centavos. En cuestión de tiempo me toma 20 minutos máximo llegar desde la casa a la estación del Metro. El recorrido hasta el Labrador es de 30 minutos, sería una hora. Luego tomó un bus a Carapungo, no se demora más de 15 minutos. Es una hora con 15. Si fuera en bus, como lo hacía antes, me tomaba dos horas y más. Me ahorro tiempo, no me estreso por el tráfico y, sobre todo, sé que no me van a robar”, asegura Paz.
‘En el Metro las horas pico no se sienten’
Marina Vera toma el Metro todos los días. Su estilo de vida cambió desde la llegada de este medio de transporte, pues aprovecha para dormir más y ya no tiene que lidiar con el tráfico en las horas pico. Ella vive en un barrio del sur de la ciudad, pero su trabajo es en el norte. Antes, cuando se demoraba dos horas y media en llegar a su destino, lo hacía en corredores exclusivos, pero cuenta que no se sentía segura.
“Realmente, prefiero más el Metro que el bus, ya que al salir en hora pico hay mucho tráfico para ir en bus y llegar a tiempo, aquí no sientes las horas pico. Además, si uno va en bus, siempre se puede presentar algún accidente o algo de camino. Entonces, prefiero el Metro porque llego muy rápido y, de alguna forma, es mucho más seguro que un bus”, asegura Vera.
Vera sale desde Quitumbe hasta la estación Iñaquito, para ir sentada, pues en ciertas horas el Metro se llena. “Lo hago así porque así tengo la oportunidad de tomar asiento porque como es ‘hora pico’ está demasiado lleno por todos lados, lo único que no me gusta del Metro es el calor que hace en estas horas, cuando más gente hay”, enfatizó.
Ecuador Chequea evidenció que a las 06:30 y desde las 16:30 hasta las 19:00, la afluencia aumenta. Los trenes van llenos, en ambos sentidos: sur y norte.
¿Qué está pasando con los corredores exclusivos?
Tomamos un alimentador del Corredor Central Sur, en Chillogallo, en el sur de la ciudad, a las 07:00 el bus llega hasta la Plaza Artigas, en el norte de Quito.
Los asientos van llenos, hay varias personas de pie. Mientras el recorrido avanza, suben más pasajeros. Cuando el bus ingresa al corredor, las personas bajan y otras suben en distintas paradas. Al llegar a la Universidad Central, el bus casi está vacío, hay asientos libres.
En el sector de la avenida Colón el bus sólo tiene cinco pasajeros, son las 07:50. El conductor, Édison Cevallos, cuenta que les ha afectado mucho la llegada del Metro, pues hay horas del día en que van vacíos y no les representa lo que antes recaudaban.
“Claro que hay menos personas. Depende la hora. En la mañana, desde las 06:00 hasta las 07:30, hay bastante flujo de personas, no como antes, pero sí se hace algo. Pero desde ahí hasta las 12:00 no hay tantos pasajeros, vamos con los asientos vacíos, no hay gente parada, como era antes. Esta línea siempre iba llena, no importaba la hora, siempre había gente. Ahora no, hay que esperar que haya algo, los fines de semana, especialmente el sábado, hay personas, pero porque van al mercado de San Roque, ahí es donde aprovechamos recaudando”, dice Cevallos.
‘Tomo el corredor con miedo, porque no hay una parada del Metro cerca’
Consuelo Sinchiguano está en la parada de La Mascota del mismo corredor. Ella espera la línea R2, trabaja en la Gaspar de Villarroel y vive por La cima de la Libertad. Dice que toma el corredor porque no tiene cerca una parada del Metro, conoce los trenes y paradas, pero sólo se fue “a pasear”.
“Me gustaría ir en el Metro, pero me queda lejos, tendría que ir a la parada de La Magdalena, que queda bien lejos de mi casa. Eso me toma tiempo y también más dinero. A diferencia del bus, eso sí, aquí no voy cómoda, tampoco puedo sacar mi teléfono, voy con miedo, pero uno con los años se vuelve experto para que no le roben. En cuestión de tiempos, sí me demoro una hora y treinta minutos, porque en los túneles hay tráfico, en la Plaza de las Américas hay tráfico, por lo que aunque La Mascota es céntrica, el tráfico no permite una disminución de tiempo”, asegura Sinchiguano.
Al conversar con varios usuarios del bus tradicional (Tipo), aseguran que hay un cambio en la avenida Naciones Unidas, pues antes del Metro, en la noche en la parada que queda al frente al Quicentro, había largas filas de personas que esperan tomar un bus. Dicen que había veces en las que hasta dejaban pasar cinco buses, pues iban muy llenos, desde las 17:00.
En la actualidad, ya no se ven largas filas, en las tardes, los corredores de las líneas R1 y R2 ahora se parquean para esperar a ver si llegan las personas. Los buses lucen vacíos; antes, en un día común, no había buses parqueados.
Al preguntar a los choferes, prefirieron no decir su nombre, pero aseguraron que el Metro, no sólo ha quitado los pasajeros, sino que también ha “enamorado” a los quiteños.
“Aquí nos quedamos parqueados más de 15 minutos, esperando que haya algo, pero la mayoría de veces, no hay y vamos vacíos. Llenarse ahora es muy raro, antes no nos alcanzábamos, ahora el tiempo se hace largo, mientras vemos cómo van 12 personas en el bus. Esto, principalmente, nos ha afectado económicamente, pues, al cobrar los pasajes algo nos quedaba para el día, pero ahora sólo nos sale para la gasolina y eso si es que sale. Hay compañeros que están vendiendo sus unidades, es grave”, dijo un conductor, que prefirió no dar su nombre.
¿Qué pasa con el Trole y la Ecovía?
En nuestro recorrido, tomamos un trolebús desde la estación Morán Valverde hasta El Recreo. Aquí todo parece “normal”, los dos servicios van completamente llenos, no hay asientos, hay varias personas que van de pie. Hemos visto pasar más de 13 troles y 8 ‘ecovías’, todos llenos, sin espacio. En la estación de La Marín, hay una gran cantidad de personas, están haciendo filas.
“Yo voy al médico, al IESS, no me conviene el Metro, porque desde mi casa cojo un bus que me deja en la estación, no gasto más que 35 centavos. Además, llegó igual de rápido que con el Metro. Por comodidad y, como no tengo paradas cerca del Metro, tomo el Trole”, dice Rosa Basurto.
Sin embargo, Javier Vásquez, gerente de la Empresa de Pasajeros de Quito, que abarca Trolebús, Ecovía y sus alimentadores, aseguró que con la llegada del Metro sí hay una disminución de pasajeros, a ciertas horas, en estos servicios de transporte. Pero, no hay una estadística actual. Aseguró que, próximamente, analizarán las cifras para determinar si es que hubo una notable disminución.
“Inicialmente, no nos afectó, en diciembre aumentaron los pasajeros. Los alimentadores. De hecho, ingresaron muchísimas personas, pues en algunas paradas del Metro, el Trole les queda cerca y hacían trasbordo, pues como era nuevo, todos querían conocer”, asegura Vásquez.
Desde la entidad aseguran, que desde enero de este año, varios han sido los factores que han afectado la baja de usuarios en los troles y ‘ecovías’.
“A partir de enero hasta abril, por los problemas de seguridad, sí hubo un descenso en los pasajeros, de un 8 y 9%, haciendo una comparación hacia el 2023; sin embargo, aún no tenemos una cifra real, pues recién estamos evaluando cuánto ha afectado. Con esto no quiero decir que no tengamos afluencia, claro que la hay, creo que entre el Metro, troles y ecovías nos complementamos”, enfatizó Vásquez.