Con apenas 372 millones de dólares, el 2023 fue el peor año desde el 2012, según estadísticas del Banco Central. Las crisis económicas y de inseguridad, sumado a un manejo fiscal inadecuado atizan esta realidad.
¿Cómo se asemeja el Ecuador actual al de fines del siglo pasado? En ambos momentos, los ecuatorianos se enfrentaron a conflictos sin precedentes que impactaron dos indicadores críticos de la salud económica nacional: la inversión extranjera y las remesas.
En el año 2000, la inversión extranjera sufrió un golpe severo debido a la caída de bancos, golpes de estado y cambios de gobierno. El Banco Central registró un retiro de 23,7 millones de dólares, dejando una ausencia total de nueva inversión extranjera. En pocas palabras, no sólo no hubo inversión extranjera, sino que se retiró del país una parte de dicha inversión ya realizada en años anteriores.
En el 2023, un año marcado por el adelanto de las elecciones generales en medio de una crisis política y de inseguridad, se registró una de las inversiones extranjeras más bajas en la historia reciente, mientras que las remesas alcanzaron niveles récord desde que se implementó la dolarización de la economía del país.
¿Cuál es la situación actual, con nuevas crisis y desafíos nunca antes vistos o que se repiten en el transcurso de este 2024? ¿Cómo se ha visto afectada la inversión extranjera por el reconocimiento, por primera vez en la historia, de la existencia de un conflicto armado interno con la orden de “neutralizar” a 22 organizaciones criminales catalogadas como terroristas; el primer incremento del IVA en más de dos décadas; y el regreso de los racionamientos del servicio eléctrico desde 2009?
No hay información estadística actualizada sobre este 2024. Los datos oficiales más recientes corresponden al cierre del 2023. Sin que el Banco Central publique las nuevas estadísticas de inversión extranjera, al menos hasta el primer cuatrimestre de este año, el presidente, Daniel Noboa, inició el fin de semana anterior una gira internacional con la prioridad declarada de buscar, precisamente, nuevas inversiones extranjeras.
Por ahora, la información oficial disponible permite establecer que el 2023 concluyó con una inversión extranjera de 373,3 millones de dólares, marcando el nivel más bajo desde 2012, cuando se registraron 567,4 millones de dólares, según datos oficiales. Esto se puede apreciar en el siguiente gráfico:
La inversión extranjera del 2023 también es una de las más bajas en las últimas dos décadas, Sólo en seis años se ha registrado una cifra inferior a los 373 millones de dólares del 2023 y corresponden a los años 2000 ($-23,4 millones), 2010 ($165,6 millones), 2007 ($184,1 millones), 2006 ($271,4 millones) y 2009 ($308,6 millones).
La inversión extranjera del 2023 representa un 42% de los 879,3 millones de dólares registrados en 2022 y apenas un 27% de los 1.389 millones de dólares alcanzados en 2018, año que marcó un récord histórico.
CAUSAS ESTRUCTURALES Y PANORAMA A FUTURO
El economista y experto en mercado de valores Ramiro Crespo consideró que las estadísticas oficiales sobre los volúmenes de inversión extranjera en Ecuador durante 2023 y años recientes confirman que el país no ha logrado mejorar sus perspectivas para atraer nuevas inversiones extranjeras a mediano y largo plazo.
Crespo destacó que en las últimas décadas, Ecuador ha carecido de la capacidad para atraer inversiones extranjeras en sectores más allá de los tradicionales, como el petróleo y la minería en primer lugar, seguidos por camarones y banano, y finalmente, flores y cacao.
También recordó que, a diferencia de países vecinos, como Colombia, Perú y Chile, que han logrado desarrollar sus mercados de valores y atraer inversiones extranjeras de alta calidad, Ecuador carece incluso de un sistema centralizado y seguro para las compensaciones de pagos y la custodia de títulos y valores.
Crespo indicó, además, que la Superintendencia de Compañías, sujeta a influencias políticas, no ha desarrollado un trabajo técnico que impulse y facilite a las empresas ecuatorianas a explorar posibilidades de incursionar en el mercado de valores e incluso registrar sus acciones en bolsas internacionales.
Esto ni siquiera ha sucedido con empresas estatales estratégicas, como Petroecuador, que no cuenta con informes de controles económicos, financieros y de gestión al día, incluso a pesar de que esto fue una condición de organismos internacionales para otorgar créditos al país.
Estos vacíos estructurales en materia de mercado de valores contrastan con la gran capacidad que tienen los ecuatorianos para emprender, como por ejemplo con las iniciativas que surgieron en plena pandemia de covid-19.
Para estas y numerosas otras iniciativas no existen mecanismos ni espacios para que reciban fondos de capital de riesgo, tal como sí se lo hace de manera empresarial en los mercados de valores en otros países que lograron convertir pequeñas iniciativas empresariales, surgidas en garajes, como Apple o Microsoft, en grandes empresas
LAS ÁREAS DE INTERÉS
Las últimas cifras publicadas por el Banco Central revelan que durante el año 2023, los servicios destinados a las empresas fueron el principal imán para las inversiones, atrayendo un total de 57,2 millones de dólares. La minería siguió de cerca, con 42,9 millones, mientras que el comercio recibió 11,6 millones y el sector de transporte, almacenamiento y comunicaciones captó 4,7 millones.
Sin embargo, se observó un descenso en la inversión en sectores como la construcción, electricidad, gas y agua, así como en la agricultura, silvicultura, caza y pesca, y la industria manufacturera.
En cuanto a la procedencia de las inversiones, China encabezó la lista, con 14,4 millones de dólares, seguido por Canadá, con 11,9 millones; Estados Unidos, con 6 millones; y México, con 5,13 millones de dólares.
‘EL CONTEXTO NO ES BUENO’
El economista investigador de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes), José Hidalgo, recordó que la cifra de 372 millones de dólares de inversión extranjera del año anterior correspondió a apenas el 0,3% del Producto Bruto (PIB).
Fue el reflejo, dijo, de que “el contexto no es bueno”, por tres razones. Primero, por la crisis de inseguridad a consecuencia de la violencia criminal que enfrenta el país, lo cual envía, a escala internacional, señales no favorables sobre las posibilidades de inversiones en el país.
El segundo factor se explica por una mala gestión “de lo fiscal”, es decir de las finanzas públicas del país como la principal causa no sólo del déficit fiscal, sino de un incremento del Riesgo País.
«Por otro lado, la crisis fiscal ha resultado en lo que podría ser interpretado como un impuesto temporal a las empresas durante al menos los últimos cinco años. En consecuencia, para los inversionistas, mientras la situación fiscal siga desequilibrada, es probable que eviten traer sus inversiones a Ecuador, ya que podrían enfrentar otro impuesto temporal», comentó.
Finalmente, señaló que el país aún no ha logrado resolver los problemas de credibilidad y eficiencia en las instituciones públicas, especialmente en lo que respecta a la administración de justicia.
Tal como indicamos al inicio de esta nota, en contraste con el bajísimo nivel de atracción de inversión extranjera, el envío de remesas rompió todos los récords históricos, al ubicarse en los 5.445 millones de dólares. Esto equivale a que los migrantes ecuatorianos enviaron el equivalente 14,6 dólares por cada dólar de inversión extranjera.
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