ADN perdió primero el apoyo del correísmo y ahora mantiene una confrontación con Construye, lo que podría dificultar el panorama legislativo para las iniciativas del Gobierno. Una vez más, entra en vigencia la calculadora de votos.
El escenario pos consulta popular para el Gobierno se presenta complicado en la Asamblea, tras los cuestionamientos públicos y mutuos que mantuvieron ADN y Construye. El conflicto nació a raíz de la decisión de primera instancia del Tribunal Contencioso Electoral (TCE), de eliminar a Construye del registro de organizaciones políticas, tras la denuncia presentada por la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Diana Atamaint.
Construye no dudó en asegurar que detrás de esa decisión estaba el presidente de la República, Daniel Noboa, y en una serie de comunicados lo califica de incompetente, de ejercer un mandato fracasado, de haber pactado y gobernado con el correísmo, entre otros señalamientos.
La bancada de ADN, la alianza oficialista, respondió en los mismos términos y aseguró, a su vez, que Construye “insulta la inteligencia de los ecuatorianos” al mentir sobre su línea política y que sus más altas figuras fueron fervientes seguidores del correísmo, que luego gobernaron con el leninismo y que se infiltraron en el Gobierno de Guillermo Lasso, entre otras acusaciones que los legisladores de esas bancadas mantienen hasta el momento. “Esto es una presión generada por el Ejecutivo, al ver que Construye es un movimiento fuerte, que tiene estructura, que tiene discurso y que tiene consecuencia; lo que hemos dicho, hemos hecho y eso aparentemente no es cómodo para el Presidente de la República”, aseguró el asambleísta Jorge Peñafiel.
“Nuestro pronunciamiento es a favor de la independencia de funciones, de respetar los procesos. Pero lo que no vamos a permitir es que, por un procedimiento en el cual nosotros no tenemos nada que ver, el exmovimiento Construye se pronuncie en términos deplorables en relación al presidente, Daniel Noboa”, respondió Valentina Centeno, jefa de la bancada oficialista.
Según el comunicado del bloque, el trabajo por horas que se incluyó en la consulta popular y que terminó por ser rechazado por el pueblo, fue una propuesta de Construye que Noboa acogió.
Para Peñafiel, “todo se puede decir” después de una derrota, pero aseguró que se mantienen en la importancia de generar y promover el empleo y que continuarán en ese objetivo. “La derrota en esa pregunta nos demuestra que hubo errores de comunicación, de campaña, de posicionamiento de la pregunta”, dijo el legislador.
Repercusiones legislativas
Este choque entre las agrupaciones políticas se da en momentos difíciles para la bancada oficialista que, tras haber perdido el apoyo del bloque correísta, que se declaró en oposición al Gobierno tras la recaptura de Jorge Glas, buscaba formar mayoría con otras agrupaciones, entre ellas Construye.
El correísmo tiene 48 votos y Construye 20. Un total de 68 que estarían en riesgo. Para la aprobación de leyes se necesitan 70 votos, por lo que el oficialismo debería asegurar esos 69 votos del resto de bancadas —pero que todos ellos le respalden— e intentar convencer a unos dos o tres legisladores más, ya sea del correísmo o de Construye.
El correísta Franklin Samaniego reitera que su bloque se mantendrá como oposición al oficialismo y que es responsabilidad del Gobierno ver cómo arma su mayoría. Samaniego agregó que el correísmo apoyará temas que son de interés para el pueblo y garantizan derechos, pero que siempre se negarán a temas como, por ejemplo, el incremento de impuestos.
Peñafiel, por su parte, aseguró que el objetivo de su bancada será continuar con su programa legislativo y cumplir con los ofrecimientos de campaña. Mientras que el oficialismo no durará en apoyarse en mayorías móviles, según Centeno, o lograr “consensos” técnicos para este nuevo momento que deberá vivir la Asamblea donde se deberá normar y aprobar los temas que tuvieron respaldo en la consulta popular.
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