El binomio recibió sus credenciales por parte del CNE. La ceremonia remarcó las diferencias: un Noboa parco, de poquísimas palabras; una Vicepresidenta más efusiva, dispuesta a hablar con la prensa. Tan distantes que ni la foto de las manos juntas en señal de victoria se tomaron.
Daniel Noboa y Verónica Abad, de la alianza ADN, recibieron hoy por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE) las credenciales que les habilitan como Presidente y Vicepresidenta de la República, tras imponerse en la segunda vuelta electoral.
A pesar de que Abad aseguró que la relación con Noboa está “muy bien”, lo que se vio en la ceremonia que se cumplió esta mañana en el Teatro Sucre, de Quito, reflejó algo distinto: ese alejamiento evidente a lo largo de la campaña entre los dos candidatos.
Un distanciamiento que, en lo físico, hoy se hizo notorio, por ejemplo, al momento de posar para las fotos oficiales con las acreditaciones. Medio metro de distancia entre los dos, nada de tomarse las manos para levantar los brazos juntos en señal de victoria —una foto que no puede faltar en este tipo de acreditaciones pero que esta vez la historia no lo tendrá registrado—.
Un binomio que, lejos de mostrarse unido, salió por separado al balcón del Teatro para saludar a los poquísimos seguidores que se habían dado cita en los alrededores de la Plaza del Teatro: primero el presidente electo y, después de unos minutos, su vicepresidenta.
Fuera de cámara
La aparición de Noboa en el balcón fue de apenas 15 segundos: frío, seco, rápido, sin mayor emoción; mientras que Abad lo hizo por más de un minuto y medio, dibujando un corazón con sus manos, tocándose el pecho, alzando el puño, agradeciendo al pueblo con palabras, saludando a la distancia, ganándose el cariño de los presentes.
Fue una ceremonia que también reflejó un “divorcio” de personalidades. Un Noboa que mientras Diana Atamaint, presidenta del CNE, daba su discurso de rigor, se concentró en realizar todo ese tiempo anotaciones en un papel, casi sin levantar la vista; mientras que Abad, por el contrario, seguía atenta las palabras de Atamaint y aplaudía con entusiasmo varias veces.
Un Noboa que, concluida la ceremonia, salió presuroso a embarcarse en los autos de su comitiva, rodeado de un fuerte operativo de seguridad, sin acercarse siquiera a la prensa, refugiándose en el silencio. Lo dijo durante la ceremonia: “Me caracterizo por hablar poco, pero expreso todos mis discursos… me dan siempre una eternidad para hablar y lo termino concluyendo en tres cuatro minutos, así que esto no va a ser diferente”.
Mientras que la Vicepresidenta salió dispuesta a dar declaraciones, a hablar sobre lo que le pregunten, aunque topó poco el tema de cómo va la relación con Noboa. A pesar de también estar rodeada por una gran operativo de seguridad, se dio el tiempo para dialogar breves minutos con la prensa, aunque a la distancia.
Así quedó flotando en el ambiente una pregunta: ¿a quién se refirió Noboa cuando, en su discurso, dijo: “El camino hacia la Presidencia de la República también tiene traiciones, muchas veces de gente que uno ni siquiera espera, que uno escoge; pero así es la vida, así es la naturaleza humana”.
Corto de palabras
Noboa estuvo acompañado por su madre, Anabella Azín, y por su esposa, Lavinia Valbonesi, pero no estuvo presente su padre, Álvaro Noboa. El presidente electo le rindió homenaje a la distancia al mencionar que él le allanó el camino por 25 años para que pudiera estar hoy recibiendo las credenciales como Presidente de la República.
Noboa se saltó los formalismos de los vocativos y apenas nombró, en particular, a Atamaint y al vicepresidente del CNE, Enrique Pita. En un discurso de apenas siete minutos, aseguró que su proyecto político busca el progreso y un diálogo donde la “única línea roja es que no hay líneas rojas”. “Es un proyecto que tuvo éxito por no ser anti nada, por ser pro desarrollo, pro empleo, pro educación, pro seguridad, pro paz”, indicó. Agregó que las líneas rojas se marcan en el accionar y garantizó que no estará a favor de la impunidad, ni apoyará a fuerzas políticas o individuos que quieran violentar la Constitución. “Vamos a tocar fibras sensibles, de grupos de poder, de grupos que han estado enquistado con corrupción en el Estado, por décadas. Va a haber una reacción, como también va a haber una reacción de grupos criminales a los cuales no vamos a apoyar ni vamos a tener tolerancia en su accionar”,dijo y prometió cero tolerancia a la corrupción.
Justificó el acuerdo que en la Asamblea se ha consolidado entre su bancada, la del correísmo y la del Partido Social Cristaino, para la designación de autoridades e integración de comisiones. Aseguró que, sin condiciones, las organizaciones políticas han querido ser parte de una gran unión para sacar adelante al país. “Apoyar al Ejecutivo y que exista paz, balance, progreso en el Legislativo, cosa que mis antecesores no pudieron hacer”, aseguró.
Con la entrega de credenciales queda pendiente la posesión de Noboa en la Asamblea, anunciada para el 23 de noviembre.
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