El Gobierno presentó la tercera edición de un programa para evitar la mendicidad durante la temporada navideña para al menos 120.000 personas en 35 cantones del país.
Niños mendigando en el frío de una noche, que de acuerdo con el popular villancico debe ser “de paz, de amor”, nos recuerda cada temporada navideña que algo en la sociedad no está funcionando. Cada año los gobernantes de turno ofrecen soluciones a esta problemática.
Con discursos y cartas firmadas por ministros de Estado y colocadas al pie de un árbol navideño, el gobierno saliente de Guillermo Lasso anunció hoy la tercera edición de un programa antimendicidad, con el que se espera atender a al menos 120 mil personas durante la presente época de festividades.
De la magnitud de este problema dio cuenta un dato estadístico que presentó el ministro de Inclusión Económica, Esteban Bernal, en la actualidad existen 20 cantones identificados como “expulsores de personas en situación de mendicidad” hacia otras ciudades más grandes.
En estas y otras 15 ciudades se enfocará, precisamente, esta iniciativa del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MES) para canalizar donaciones, desarrollar programas deportivos, artísticos y culturales y brindar servicios regulares de diferentes instituciones públicas.
Al anunciar estos beneficios, Bernal dijo que son visibles durante esta temporada, pero el resto del año más de 10.000 personas son usuarias de programas continuos de mendicidad por parte del Ministerio, que incluyen, entre otras cosas, servicios de cuidado de niños y entrega de bonos.
En el informe de esta materia de dicha cartera de Estado, se reconoce una caída en la cantidad de personas a las que se dirige una estrategia específica para erradicar la mendicidad en el país; al pasar de 15.153 personas observadas y abordadas en el 2020, a 8.222 en el 2021 y a 7.494 personas en el 2022.
Las estadísticas también demuestran que la mendicidad y el trabajo infantil parecen problemas sin soluciones en el corto plazo. El MIES, por ejemplo, señala que 102.000 de 386.000 niños y adolescentes dejaron estas condiciones entre 2021 y este año, pero que quedan otros 282.000 niños y adolescentes, conforme se puede apreciar en la siguiente tabla:
En un recorrido por las calles entre la Amazonas y 6 de Diciembre, Carrión y Colón ( en la zona de La Mariscal, en el centro norte de Quito, Ecuador Chequea constató al mediodía de este lunes que no existían niños mendigando en las aceras o al pie de semáforos.
Propietarios y administradores de una heladería, dos locales de artesanías y un restaurante; sin embargo, señalaron que en horas de la noche es común ver a una gran cantidad de menores de edad vendieron flores o caramelos a las personas que acuden a los bares y discotecas en la zona.
“Es un gran problema pendiente, ya voy 12 años, ya muchos de los restaurantes y locales que funcionaban acá ya se han ido no solo por estos problemas de mendicidad, sino por la venta de droga. Yo no me puedo ir porque soy propietaria de la casa, pero ya es hora de que en verdad se rescate a esos niños porque es gente mayor la que está detrás de ellos”, comentó a Ecuador Chequea la propietaria de un restaurante que pidió que no se publique su nombre por posibles retaliaciones contra ella o los empleados de su local.
Esta situación la conoce muy bien el jefe nacional Servicio de menores de edad en situación de riesgo (Dinapen), Luís Collage, quién dijo a este medio que las investigaciones y seguimientos de grupos delincuenciales que obligan a menores a delinquir, mendigar o trabajar en las calles involucra no sólo a grupos policiales, sino equipos de trabajos de la Fiscalía y varios ministerios de Estado.
“El siguiente paso es la operatividad con las demas instituciones del Estado que ya tenemos indentificado y visualizado el modus operandi de estros grupos e inmediatmante se realizan operativos”, indicó al puntualizar, por ejemplo, que un operativo realizado el año pasado en el norte de Quito logró capturar a 5 personas adultas que finalmente fueron entregadas a la justicia para ser juzgadas por trata de personas, delito sancionado con hasta 13 años de cárceles.
Consultado sobre este tema el catedrático de Sociología en la Universidad Central, David Chávez, criticó el énfasis en medidas paliativas, mediante las cuales no se logran atacar los problemas sociales de fondo que reproducen la mendicidad en el país. Atacar la mendicidad implica, explicó, aplicar de manera permanente un modelo que redistribuya la riqueza y que no se enfoque exclusivamente en promover una menor intervención del Estado en la sociedad para que el mercado se autorregule.
Es necesario, dijo, un pacto político entre los diferentes sectores de la sociedad para definir nuevas políticas sociales. “Los problemas de mendicidad, sobre todo el impacto de la pobreza en la infancia no pueden ser resueltos con caridad. Medidas, parche o bonos sino con políticas universales de mayor justicia social e inclusión”, comentó.
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