Luego de reclamos y explicaciones, se decidió crear dos mesas para conversar: la mesa técnica iniciará este viernes con el proyecto de Ley de inversiones; la mesa política, el lunes. Hubo quejas de los asambleístas por la ausencia de ministros con poder de decisión.
La primera reunión entre delegados de la Asamblea y del Ejecutivo concluyó con la propuesta de continuar el diálogo a través de dos mesas: una técnica, que se reunirá este viernes para analizar de manera específica la propuesta de Ley de inversiones; y una política, que se instalará el lunes para debatir sobre la agenda legislativa a corto, mediano y largo plazo.
La mesa del viernes estará integrada por dos asesores por cada uno de los cinco bloques legislativos y por el equipo técnico que designe el Ejecutivo. El objetivo es tratar el borrador del proyecto de Ley de inversiones que, según el jefe de la bancada oficialista, Juan Fernando Flores, ya se lo ha venido trabajando y se lo podría entregar este viernes para que arranque el análisis.
La meta del oficialismo es tener aprobada esa Ley en los próximos tres meses y que durante este tiempo la propuesta pueda ser analizada por las bancadas para que presenten sus observaciones y lograr un proyecto unificado que el Ejecutivo remitiría a la Asamblea bajo la figura de proyecto urgente en materia económica. “Así podríamos tener la aprobación de esta Ley antes de que finalice el año, entendiendo la necesidad, no sólo de inversiones, sino de generación del empleo”, dijo Flores.
Pero las primeras advertencias salen al paso. Salvador Quishpe, jefe del bloque Pachakutik, anticipó que su sector no permitirá leyes que tengan una visión privatizadora de las empresas públicas, ya que el “pueblo no está de acuerdo”.
Mientras tanto, en la mesa política participarán los asambleístas que integran la comisión mixta y el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez. Según Wilma Andrade, asambleísta de la Izquierda Democrática, en esta instancia es necesario establecer consensos para analizar temas como una reforma a la Ley de la Seguridad Social, leyes de índole laboral, entre otras. “Son temas de absoluta prioridad para el país”, dijo la legisladora.
Un comienzo difícil
El diálogo entre las dos Funciones del Estado, a través de una comisión mixta, arrancó con reclamos por parte de los legisladores. Por la Asamblea estuvieron Fernando Cedeño, de la bancada correísta; Nathalie Viteri, del Partido Social Cristiano; Wilma Andrade, de la Izquierda Democrática; Juan Fernando Flores, de la bancada oficialista; Salvador Quishpe, de Pachakutik. Virgilio Saquicela (independiente), presidió la primera parte de la reunión.
El Ministerio de Gobierno delegó a Sariha Moya, coordinadora general de Planificación; María José Piñeiros, directora de Articulación Política; y a Ricardo Avilés, asesor del Ministerio. Eso fue lo que incomodó a los legisladores, que no hayan asistido el Ministro y otros secretarios de Estado con poder de decisión.
“Para poder avanzar en el diálogo necesitamos personas que puedan tener la decisión política, como la tenemos nosotros. Los técnicos son bienvenidos, pero sí necesitamos que aquí estén los ministros”, dijo Andrade. En cambio, para Cedeño, la ausencia del Ministro de Gobierno no fue un buen mensaje del Ejecutivo.
Por su parte, Viteri dijo que sin la presencia del Ministro no se podía armar una hoja de ruta, ya que sus asesores no conocen su agenda. Además, recordó que en diálogos con otros sectores, como con los indígenas o con las autoridades seccionales, estuvo presente el funcionario, lo que no ocurrió en este caso. “Eso da la sensación de un ‘quemeimportismo’, que no es hacia la Asamblea, porque nosotros seguimos trabajando, es hacia los ciudadanos que esperaban ver sentados a los dos poderes del Estado tratando lo que tanto necesitan”, dijo Viteri.
La delegación del Ministerio respondió que entendía la incomodidad de los asambleístas, pero que la metodología del diálogo que el Gobierno ha mantenido con otros sectores implica tener un primer acercamiento, a través de un equipo técnico, para definir la hoja de ruta y la metodología. Moya garantizó que en el transcurso del diálogo habrá espacio para reuniones con altos funcionarios con poder de decisión al máximo nivel.
Flores agregó que con los jefes de bancada se había quedado en un proceso técnico político para definir el camino a seguir. Agregó que cada sector tenía la potestad de designar a sus representantes, ya que si “el diálogo inicia con condicionamientos no vamos a llegar a nada”.
Saquicela dijo que la mejor propuesta era armar una mesa técnica y otra política. Y sin dar mayores indicaciones, sólo asegurando que están abiertos al diálogo, abandonó la reunión dejando a los dos sectores que definan cómo iba a continuar el proceso o la hoja de ruta, que al final fue la de establecer las dos mesas.
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