De nuevo Taiwán es protagonista de un enfrentamiento entre las grandes potencias. ¿Qué llevó a China a amenazar con ejercicios militares frente a la isla? EE.UU. volvió a poner el dedo en una vieja llaga. Le contamos lo que necesita saber para entender este conflicto.
POR: Arutam Antunish Cárdenas
Para nadie es un secreto que el gigante asiático, China, no congenia en muchos sentidos con Estados Unidos. La relación entre estas dos potencias se ha resumido en acusaciones, ataques verbales y amenazas. Sin embargo, hasta ahora, las naciones han usado la diplomacia para evitar escalar hasta un conflicto bélico, porque eso significaría, tomando en cuenta el armamento que poseen, una fuerte situación para estas naciones y sus aliadas.
La visita de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, a la isla de Taiwán, ha desatado la furia del país asiático y trae consigo un nuevo aumento de tensiones entre estas dos potencias. ¿Será esta la excusa final para romper la aparente calma?
La lucha de dos gigantes
No cabe duda de que EE.UU. fue el gran ganador del último conflicto bélico masivo que vivió el mundo: la Segunda Guerra Mundial, que culminó en 1945. A partir de ahí, y desde mucho antes, el país norteamericano fue ocupando el rol de la primera potencia mundial. Su poder militar, económico y político le valieron para ganarse y mantener ese estatus hasta la actualidad.
Por su parte, China subió a la cima siguiendo un camino diferente. En 1978, con la llegada de Deng Xiaoping al poder, el país asiático tomó otro rumbo al que estaba acostumbrado: guerras civiles, hambrunas y pobreza. El artífice Xiaoping dejó de lado la ideología que predominaba en el país asiático, el comunismo, para transformar radicalmente y convertir a su territorio, en un corto periodo de tiempo, en una nación con un crecimiento económico muy alto durante las próximas décadas. Hoy por hoy, el rol que ocupa China es el de una potencia mundial en el ámbito económico, político y militar.
Más allá de que estas naciones promuevan ideologías económicas y modelos políticos diferentes, ambos buscan cuidar o mejorar la posición en la que se encuentran. Además, el continuo crecimiento económico de China es una amenaza para el país norteamericano. Por ello, tanto EE.UU. como China defienden sus intereses a nivel global y regional. China intenta expandir y agrandar su influencia en Asia, como en otros continentes. Por su parte, EE.UU. busca mantener el poder que ganó durante las últimas décadas.
Y la visita oficial de Pelosi a la isla de Taiwán, considerada por China como parte de su territorio, provocó que el Gobierno chino lanzara amenazas al país norteamericano.
Taiwán, en el ojo del huracán
Tras ser gobernados durante siglos por emperadores, una revuelta popular terminó con el nacimiento de la República China, en 1911. Esto provocó inestabilidad política en el país. Diferentes partidos con ideologías distintas buscaron el poder; entre los más grandes estuvieron el Kuomintang —un partido anticomunista— y el Partido Comunista Chino.
El enfrentamiento entre los dos partidos causó una guerra civil. El conflicto acabó en 1949 y el ganador fue el Partido Comunista Chino, liderado por Mao Zedong. Por su parte, los derrotados, el Gobierno del Kuomintang, se exiliaron en Taiwán, un archipiélago que se ubica a 180 kilómetros de China continental.
Aproximadamente 2 millones de personas, entre soldados, seguidores del partido, élites intelectuales y empresarios huyeron a Taiwán. Allá, los exiliados proclamaron a ese territorio como la República de China, mientras que en la China Continental, se fundó la República Popular China, liderada por Mao Zedong.
Desde entonces, China continental aboga, en teoría, por una China Unida, que integre a Taiwán como una provincia, mientras que Taiwán defiende su autonomía y desea ser considerado un Estado independiente de pleno derecho.
Esto ha provocado tensiones durante las últimas décadas y una creciente amenaza de una posible invasión de China a Taiwán.
EE.UU. reconoce el planteo de “Una China Unida”, con la que China busca que Taiwán sea parte de ese país, pero no ha admitido oficialmente el reclamo sobre la isla, según explica la cadena de noticias CNN.
«Apoyamos la política de Una Sola China, apoyamos todo lo que hemos hecho en el pasado, pero eso no significa que China tenga la capacidad, la jurisdicción para entrar y usar la fuerza para apoderarse de Taiwán”, dijo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en mayo pasado.
Aunque EE.UU. no tiene relaciones diplomáticas oficiales con Taiwán, sí mantiene vínculos no formales y colaboración en materia económica. Asimismo, provee de armamento bélico a Taiwán, para que pueda defenderse de una posible invasión por parte de China.
Y China ve mal que Taiwán reciba visitas diplomáticas, porque considera que no tiene derecho a mantener relaciones exteriores. Por lo que, la visita de Pelosi a Taiwán podría ser un estímulo y un argumento más para que la isla reclame su soberanía.
La visita de Pelosi
A pesar de las advertencias del Gobierno chino, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, visitó ayer la isla de Taiwán, como parte de su gira Asia-Pacífico.
Como era de esperarse, la visita enfureció a Pekín y empeoró las relaciones, de por sí deterioradas con Washington. La funcionaria estadounidense dijo mediante un tuit que “la visita de nuestra delegación honra el compromiso inquebrantable de EE.UU. con la vibrante democracia taiwanesa”.
En su visita, Pelosi también dijo que Estados Unidos «no abandonará a Taiwán».
El ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, afirmó que «aquellos que juegan con fuego no terminarán bien y los que ofendan a China deben ser castigados».
Según la cadena CNN, China no tardó en cumplir con sus advertencias e informó que realizará ejercicios militares con fuego real cerca de toda la isla, entre mañana y el domingo. Aunque, según varias agencias de noticias, entre ellas AFP, ayer ya se registró una veintena de incursiones aéreas chinas en Taiwán.
Mientras que el Ministerio de Defensa de Taiwán informó que «27 aviones del EPL [Ejército Popular de Liberación de China] (…) ingresaron el 3 de agosto de 2022 en la zona circundante» al espacio aéreo de Taiwán.
Ese Ministerio anunció que, como respuesta, enviarán refuerzos para disuadir las “amenazas enemigas”. Asimismo, elevaron el nivel de alerta militar, explica CNN en esta nota.
«Frente a las crecientes y deliberadas amenazas militares, Taiwán no retrocederá (…). Mantendremos la línea de defensa de la democracia», declaró la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, según la agencia de noticias AFP.
Además de las maniobras aéreas, también se ha reportado la presencia de embarcaciones militares cerca a la isla.
El análisis
Santiago Orbe, analista internacional, considera que, pese a las advertencias de China, desde Estados Unidos se tomó la decisión de que Pelosi visite Taiwán por tres razones: primero, por una razón geopolítica, responde a la tradicional política de visitar a sus aliados estratégicos; segundo, por la importancia económica y militar que ahora tiene Taiwán; y una tercera razón tiene que ver con manifestar cierto tipo de peso hegemónico que aún mantiene, sobre todo, frente a los conflictos que se han registrado en Europa del Este.
Por otro lado, Orbe considera que, para Estados Unidos, esta también es una forma de “dirigir la mirada hacia otro lado, dado que es innegable la crisis interna”. “Hay una recesión evidente, hay un desfase económico que tiene que ser cubierto con un aumento de intereses y en política exterior han perdido peso”, explica el analista.
Por su parte, Marcelo Fernández de Córdova, excanciller de Ecuador, opina que esta visita se da porque Taiwán es un socio estratégico económico y militar muy importante de Estados Unidos. Además, indica que la visita a Taiwán “se enmarca dentro de la relación que han tenido los dos países en los últimos años”, a pesar de que no se ha mantenido una conexión diplomática formal.
Orbe cree que la visita de Pelosi puede desencadenar sanciones económicas de China a Taiwán. Sin embargo, no considera que esto pueda terminar en un conflicto bélico porque “Taiwán es un valuarte fundamental para sectores estratégicos norteamericanos” y eso quiere decir que las naciones aliadas a EE.UU. también intervendrían en caso de agresión por parte de China. Eso provocaría que Rusia, considerado aliado de China, no intervenga en el conflicto.
Mientras tanto, Fernández no descarta que todo esto termine en una guerra, dadas las experiencias que hemos vivido en el caso de la invasión rusa a Ucrania. Sin embargo, considera que es poco probable que esto suceda porque, de ser así, nos enfrentaríamos a una guerra nuclear y una posible aniquilación, lo cual no le interesa a ninguna de las naciones.
Finalmente, Orbe cree que quien mejor sale parado de esta crisis es Rusia por una razón geopolítica: mientras que China amenaza con lanzar ataques, Rusia ya lo hizo cuando invadió Ucrania. Pero, a China le sería complicado cumplir con su palabra porque “es irresponsable iniciar una guerra en la que no se va a poder identificar el beneficio particular”, es decir, China sólo está amenazando. “China está cometiendo un error, China cometió un error al gritar”, finaliza Orbe.
Fernández, por su parte, considera que es difícil saber quién termina en una mejor posición después de esta crisis porque es un choque de grandes potencias. “Yo creo que ninguna va a lanzar un ataque a la otra porque eso implicaría un riesgo de una fuerte represalia”, explica el excanciller. Además, esto significaría un segundo riesgo a nivel mundial, porque ya existe el peligro latente en Europa del Este con el caso de Ucrania.
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