Los compatriotas viven días bajo el temor; en Ecuador hay desesperación por saber cómo podrán regresar al país.
Linda Gavilánez es una joven estudiante ecuatoriana que se encuentra junto a su hermano y a una amiga, también ecuatoriana, en la ciudad de Vinnitsya, Ucrania. En medio de la invasión de tropas rusas que sufre ese país, Gavilánez le cuenta vía telefónica a Ecuador Chequea que han logrado pasajes para Polonia y que esperan salir rumbo a ese país mañana, tipo mediodía.
Asegura que desde Ecuador también les han ofrecido poner a su disposición autobuses para que puedan movilizarse hacia la frontera.
De todas maneras, dice, por cualquier eventualidad y como una alternativa, se anticiparon a adquirir los pasajes y sólo esperan el paso de las horas para saber por qué medio mismo saldrán de esa ciudad. Agradece que les han prometido no requerirles mayor documentación para cruzar de país a país.
Con voz serena, narra que desde que se concretó la invasión rusa no han podido dormir, que se turnan para estar alertas ante la posibilidad de un ataque, que las autoridades de la ciudad les han pedido que ubiquen los albergues más cercanos y se muevan hacia ellos en caso de necesidad.
En medio del diálogo telefónico, a los lejos, se escucha una alarma aérea. Su sonido se intensifica conforme pasan los segundos. El tono de voz de Linda cambia; ahora se le nota nerviosa, se le quiebra la voz y se escucha que alguien le dice que tienen que salir de inmediato del departamento. La chica se disculpa por no poder seguir hablando y la comunicación se corta. Luego, por mensaje de WhatsApp, explica que se dirigen al refugio más cercano.
Su historia puede ser la misma que la de cientos de estudiantes ecuatorianos que se encuentran en Ucrania y que viven las consecuencias de una guerra ajena.
También, a través de WhatsApp, José Manosalvas le cuenta a sus padres en Ecuador que no han logrado ayuda para salir de Zaporizhzhia, y que ya las tiendas están desabastecidas.
El joven se fue a estudiar hace tres años a ese país y, a pesar del pedido de sus padres, no quiso regresar a Ecuador por temor de perder la opción de continuar con su carrera universitaria.
José le cuenta a su padre que están atacando Melitópol, a una hora y media de donde él se encuentra, por lo que con sus amigos decidieron comprar un boleto a Dnipró, una ciudad más alejada del punto de fuego, y de ahí tratar de avanzar de ciudad en ciudad hasta Lviv, y cruzar a Polonia.
Según la información oficial que la Cancillería difundió entre los familiares de los ecuatorianos, el punto de encuentro es la Universidad Politécnica de Lviv, donde se encuentra el cónsul Luis Narváez, para enviarlos en buses y grupos grandes hacia Polonia. Se pedía que recomienden a los jóvenes no cruzar solos la frontera.
José esperaba tomar esa ruta esta tarde, mientras tanto, según cuenta su padre, se encontraba en una especie de búnker en la universidad donde estudia. “Pero ya no tienen comida ni agua. Todo está vacío. Incluso ayer le envié dinero a mi hijo, pero no pudo retirar y se ha quedado sin un centavo. Un compañero le está prestando para la movilización”.
La espera en Ecuador
Si los jóvenes viven momentos difíciles en Ucrania, sus familiares en Ecuador pasan por su propio dolor, al no saber a ciencia cierta si están o no en un lugar seguro, en qué ciudad o cómo pueden regresar al país. Ximena Chicaiza, a través de una nota de voz le da instrucciones a su hijo, que hoy salió de Kiev, la capital de Ucrania, para que no se separe de sus amigos, que vayan en grupo a Lviv y busque a la persona que se encargará de organizarlos para llevarlos a Polonia.
Los familiares “peregrinaron” hoy entre la Cancillería y la Presidencia de la República para obtener una respuesta concreta, o al menos una esperanza, sobre la posibilidad de retornarlos al país. Van en busca de información de sus hermanos, hijos, tíos, primos. Llevan copias de las cédulas, de los pasaportes, firman autorizaciones de movilización en Ucrania, llenan registros… Pero, según cuentan, nada es seguro.
Cleopatra López tiene a su hija de 18 años en ese país, al que fue a estudiar Biotecnología. Hace 15 días le pidieron que regresara a Ecuador antes de que se complicara la situación, pero la joven no quiso, pensó que la tensión bajaría. Hoy, Cleopatra exige al Gobierno que le apoye para el viaje de retorno.
Los familiares remitieron al Gobierno un escrito con siete pedidos concretos:
- Salvoconductos para que los ecuatorianos puedan trasladarse hasta Lviv y de ahí avanzar hasta Polonia, Hungría y Eslovaquia.
- Transporte desde las ciudades donde se encuentran hasta Lviv.
- Ubicación de albergues y alimentación básica en el trayecto.
- Protocolo oficial donde se establezcan guías para los ecuatorianos sobre qué hacer y con qué funcionarios de la Cancillería deben contactarse.
- Colaboración y gestión para que los ecuatorianos puedan obtener la visa Schengen y puedan ir a los otros países europeos.
- Vuelos humanitarios para el retorno de los jóvenes a Ecuador.
- Una comisión permanente entre los entes gubernamentales involucrados.
Tras una reunión que mantuvieron en el Palacio de Gobierno, los familiares salieron decepcionados, ya que explicaron que les recibieron los mismos funcionarios que ayer les atendieron en la Cancillería y que sólo se limitaron a escuchar las propuestas, sin ofrecer un camino concreto.
Por su parte, la Cancillería informó a través de sus redes sociales que los compatriotas que han salido de Ucrania pueden ingresar sin visa Schengen a Polonia y Eslovaquia, mientras que a Hungría con visa humanitaria. Entre ayer y hoy se han expedido 70 pasaportes de emergencia y 30 más están en proceso para que los ecuatorianos puedan contar con su documento para viajar y salir de Ucrania, informó la institución.
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