En este especial te mostramos cómo puedes dejar de hacerle el juego a quienes propagan la desinformación; y, además, aprovechamos para contarte sobre nuestro trabajo en el 2021. ¡No te lo pierdas!
Hay que decirlo claro de una vez: la desinformación no se propaga sola. Debe haber alguien que la inicie y muchos que la compartan. Imagine usted un lago calmo sobre el cual alguien arroja una piedra. Las ondas generadas por la piedra —si no se detienen a tiempo— pueden volverse grandes, incontrolables y causar destrozos. Así es la desinformación, y sus ondas expansivas, ha quedado demostrado, son muy dañinas. Acusaciones infundadas, muertes falsas, afirmaciones alarmistas, descrédito y hasta mentiras sobre las vacunas contra el coronavirus son apenas ejemplos de todo lo que la desinformación puede hacer.
En noviembre del 2021, la televisora internacional CNN, hizo público un estudio de Kaiser Family Foundation, una organización ampliamente reconocida por su trabajo en cuanto a la información relacionada con el coronavirus. Para el estudio se usaron ocho declaraciones o informaciones falsas sobre el virus. Casi el 80% de los estadounidenses encuestados respondió que había leído o escuchado sobre alguna de esas falsedades y que la creía o no estaba seguro de si era cierta. Esa es la desinformación extendiendo sus tentáculos.
Al cerrar este año, que en el país ha sido atípico, pandémico y electoral, desde Ecuador Chequea queremos plantearle algunas preguntas: ¿es usted —o ha sido alguna vez— un agente de la desinformación? ¿es un eslabón de esta peligrosa cadena? Haga memoria: ¿alguna vez le llegó un mensaje por WhatsApp en el que se acusaba o se atacaba a alguien y usted lo compartió sin tomarse el tiempo de verificar si era verdad? ¿sucumbió ante la tentación de compartir en su muro de Facebook algo sin comprobar si provenía de una fuente confiable? Ahora, hágase la misma pregunta sobre el resto de sus redes sociales. Aunque usted no lo crea, existen maquinarias enteras dedicadas a producir desinformación, rumores, posteos falsos, y lanzarlos como anzuelos para pescar incautos que sigan alimentando este perverso sistema.
Nosotros —y todos los factcheckers del mundo— tratamos de construir a diario muros de contención contra la desinformación, buscamos encender la luz para alertarle a usted sobre publicaciones falsas o engañosas; volvemos a la esencia del periodismo: indagar, verificar, contrastar, para informar. Pero, le tenemos noticias: ¡lo necesitamos a usted! Porque las ondas expansivas de la desinformación se seguirán propagando siempre que haya alguien que la comparta. ¡Ayúdenos a construir estos muros de contención!
¡No sea un eslabón más de esta dañina cadena!
Muchas veces, las cifras hablan por sí solas. Sólo en este año 2021 (con corte al 14 de diciembre), hemos analizado 404 contenidos desde la redacción de Ecuador Chequea; de los cuales apenas 129 resultaron ciertos, eso representa sólo el 31%. En otras palabras, casi 7 de cada 10 publicaciones que analizamos resultaron falsas o en categorías como engañoso, impreciso o insostenible. Muchas de estas publicaciones tuvieron que ver con mitos sobre las vacunas contra el coronavirus, campañas de los movimientos antivacunas, rumores que buscaban alarmar a la gente, o también negar la magnitud de la pandemia. Ahora, imagine todas esas publicaciones falsas rondando por el país, por teléfonos celulares, tabletas y computadoras, causando daño.
Pero, si eso le parecía mucho, ahora escuche lo siguiente: Ecuador Chequea coordina la coalición Ecuador Verifica, de la que forman parte otros medios, universidades y la sociedad civil, y que nació para luchar contra la desinformación en la época electoral que acabamos de pesar, pero perduró en el tiempo para verificar cuestiones de la política y el discurso público. Como parte de esa coalición, nuestra redacción analizó (en el mismo periodo) 506 publicaciones durante este 2021. De esas, apenas 114 resultaron ciertas; es decir, sólo el 22%. De nuevo: casi 8 de cada 10 publicaciones resultaron falsas, o engañosas, o imprecisas.
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