El avance de la pandemia en el territorio amazónico es una amenaza. De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) estos son los pueblos más vulnerables. El 15 de julio el organismo emitió una alerta por el aumento de casos en las comunidades de Ecuador, Bolivia, Colombia y Perú.
La OPS pide a los Gobiernos redoblar esfuerzos para prevenir el avance de la infección en las comunidades y asegurar el acceso a los servicios de atención de salud. Además, señala que «entre las poblaciones indígenas que viven tanto en asentamientos remotos o aislados como en áreas urbanas, algunos de los factores de riesgo que podrían estar asociados a altas tasas de mortalidad por COVID-19 son la desnutrición, el acceso deficiente o falta de acceso a los sistemas de salud, así como a agua potable y saneamiento básico, además de la alta carga de enfermedades parasitarias».
Hasta el 21 de julio se registran 1733 casos de COVID-19 en la Amazonía ecuatoriana, según los registros de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Cofeniae).
ACTUALIZACIÓN DE REGISTROS COVID19 EN TERRITORIOS AMAZÓNICOS
⏰ Corte: 21 de Julio 2020
🚨1733 casos positivos
856 Kichwa, 443 Shuar, 307 Waorani, 40 Siona, 26 Achuar, 23 Siekopai, 20 Sapara, 14 Shiwiar, 4 Andwa
😰 48 Fallecidos (33 confirmados, 15 sintomatología) pic.twitter.com/m0aDqF92P1
— CONFENIAE (@confeniae1) July 21, 2020
La situación de distintas comunidades indígenas raya en la desaparición completa de sus miembros. Por ejemplo, el 20 de julio se reportaron casos de contagio en la nacionalidad Sápara, la que en 2001 fue considerada como patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Los Sáparas son los últimos representantes de un grupo etnolingüístico que no supera los 300 miembros (en Perú y Ecuador), de los cuales sólo 3, de más de 70 años, hablaban la lengua sápara hasta el 2016.
Algunas nacionalidades se encuentran asentadas en dos o más provincias, inclusive pueden estar en más de un país. Por ejemplo:la nacionalidad Kichwa está asentada en las provincias de Pastaza, Napo y Sucumbíos. Mientras, los Shiwiar están asentados en la provincia de Pastaza y otros territorios limítrofes del Perú.
El nuevo virus no es la única amenaza. El delicado entramado de estos seres humanos se ve amenazado todos los días por la expansión de las actividades extractivas legales e ilegales que se realizan en sus territorios ancestrales. De momento, tener conciencia del avance de los casos al interior de las comunidades indígenas nos permitirá anticipar escenarios y denunciar escenarios críticos para las mismas: