Los analistas consideran que los precandidatos resultan una mezcla de todo un poco y que confirman la crisis del sistema de partidos políticos en el país. Cerrado el proceso de inscripción, ahora vienen todos los procesos de impugnación de los postulantes.
Cerrado el plazo de inscripción para las elecciones de agosto, son ocho los binomios presidenciales que cumplieron el proceso y están a la espera de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) los califique en firme. Estos son los binomios y las organizaciones que les respaldan de manera oficial:
- Jan Topic – Diana Jácome. Alianza ‘Por un país sin miedo’: Partido Social Cristiano, Sociedad Patriótica y Centro Democrático.
- Xavier Hervas – Luz Vega, movimiento RETO.
- Otto Sonnenholzner – Érika Paredes. Alianza ‘Actuemos’: Avanza y SUMA.
- Fernando Villavicencio – Andrea González, movimiento Construye.
- Daniel Noboa – Veránica Abad. Alianza ‘Acción Democrática Nacional (ADN)’: Movimientos PID y Mover (ex Alianza PAIS).
- Luisa González – Andrés Arauz, movimiento Revolución Ciudadana.
- Bolívar Armijos – Linda Romero, Movimiento Amigo.
- Yaku Pérez – Nory Pinela. Alianza ‘Claro que se puede’: Democracia SÍ, Unidad Popular y Partido Socialista.
José Cabrera, consejero del CNE, informó que las siguientes etapas son la presentación de apelaciones, reclamos e impugnaciones por parte de las organizaciones políticas a las precandidaturas planteadas; luego vendrá la calificación por parte del CNE de las candidaturas, verificando que cumplan los requisitos y que no estén inmersos en inhabilidades. Tras esa primera calificación, los sujetos políticos pueden nuevamente interponer sus apelaciones o impugnaciones, ya sea ante el CNE o ante el Tribunal Contencioso Electoral (TCE). En el calendario electoral consta que el 6 de agosto se contará ya con el listado oficial de candidaturas inscritas.
Balance general
Gabriela Alvear, co-fundadora de Diálogo Diverso, y Alfredo Espinosa, analista político, coinciden en que estas elecciones anticipadas y la presentación de los ocho binomios reflejan la crisis política por la que atraviesa el país.
“El futuro es bastante incierto y es resultado de la irresponsabilidad de la clase política y de la ceguera y sordera de la ciudadanía. Hay una responsabilidad compartida”, dice Alvear. Esto porque, a su criterio, la clase política dejó de ser ideológica, estructurada, consecuente con su ideología y militancia, para convertirse en organizaciones políticas empresariales, en maquinarias electoreras de coyuntura, de pantalla, de intereses. Mientras que la ciudadanía, asegura, le da el voto a partidos y movimientos cuestionados, a la espera de que, a cambio, le dé un trabajo o que el candidato ganador le ubique a un familiar en determinada institución.
Agrega que los candidatos no piensan en función de país, sino que cada uno se cree el salvador de Ecuador, lo que deja ver “egos terribles”, cuando lo ideal sería que depongan intereses y conformar listas únicas, por ejemplo para la Asamblea, ya que nadie puede por sí sólo sacar al país de la crisis. “Esto ha generado que no haya tendencias y que lo que existe y se ha logrado es una agrupación como Revolución Ciudadana y sus sus aliados, se recomponga, con un liderazgo único que le hace daño a la democracia, que demuestra tener organicidad frente a otros partidos que solo se acomodan para tratar de lograr pequeños espacios de poder”, dijo Alvear.
Otra visión
Por su parte, Espinosa dijo que, al no haber cambiado las “reglas del juego” electoral, los ciudadanos tendrán más de lo mismo: partidos políticos empecinados en posicionar a personas que no provienen de sus organizaciones. “Esto sólo pone en evidencia la crisis del sistema de partidos y la languidez que sufren para contar con nuevas figuras, nuevos rostros. Es una especie de gran fauna electoral en la que se ve envuelto Ecuador, que tiene como características esta especie de camisetazos que se van dando”, dijo.
Agregó que se demuestra que el oportunismo es la verdadera ideología por la cual transitan las organizaciones políticas, con una sola consigna, tratar de llegar al poder a como dé lugar. Para Espinosa la mayoría de candidatos son “prestados” a los grupos que los respaldan, son prefabricados al calor de la coyuntura electoral. “Son ‘outsiders’ que se van creando conforme la ciudadanía siente la necesidad de encontrar soluciones, muy al estilo de la comida rápida, frente a problemas estructurales”, dijo Espinosa.
Coincide con Alvear en el sentido de que, a pesar de haber ocho binomios, no hay tendencias particulares en las que se enmarquen los candidatos. En este sentido, dice que hay tres líneas definidas en este proceso electoral:
Una que es el correísmo, con la Revolución Ciudadana, pero del que se desprenden para estas elecciones tres ramificaciones o extensiones: “La una ligada a la candidatura de Topic y su binomio Diana Jácome; la otra Otto Sonnenholzner con su binomio Érika Paredes; y una tercera bifurcación con el Movimiento Amigo y su candidato Bolívar Armijos”, dijo.
La segunda línea, dice, es el anticorreísmo, con Fernando Villavicencio como la figura más visible como su contradictor innato, que para algunos termina siendo el abanderado o candidato del oficialismo.
Y la tercera línea con candidatos que tratan de figurar como de consenso, más en el centro, que no se enmarcan ni en el correísmo ni en el anticorreísmo, como Yaku Pérez o Xavier Hervas.
Y advierte cuál será la característica de lo que queda de este proceso electoral de lo que se pudo observar ayer en la aceptación de la candidatura del binomio correísta en el CNE: “La candidatura de Luisa González fue la única que hizo un mitin político a gran escala: tribuna y pantalla móvil, alimentación, movilización de gente ¿De dónde provienen los recursos para eso? ¿Se imputará eso al gasto electoral? Es el síntoma de la campaña electoral que viviremos, con mucho circulante, mucho dinero fluctuando en las campañas electorales”, dijo.
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