Los efectos de la COVID-19 se sintieron de inmediato en la economía de las ciudades principales de América del Sur. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que los modelos más afectados serán los que tengan como socios comerciales principales a Estados Unidos, China o la Unión Europea (UE). También estarán impactos los que dependan directamente de la exportación de materias primas. Es decir, la realidad de Latinoamérica.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) calculó que entre 2015 y 2019, países como Colombia, Ecuador, Perú, Chile se convirtieron en países de tránsito y acogida de 2.5 millones de ciudadanos venezolanos en situación de movilidad. Las personas abandonaron el régimen chavista en busca de oportunidades debido a la crisis socioeconómica que Venezuela atraviesa desde 2013.
De ese total, el 70% de migrantes, antes de la pandemia, se dedicaba al comercio informal.
La COVID-19 transformó esta situación. Ahora quienes abandonaron Venezuela buscan regresar. Hasta este 13 de mayo, el país bolivariano ha podido diagnosticar a 423 portadores del nuevo coronavirus, 30.063 menos que en Ecuador, uno de las naciones más afectadas por la pandemia.
En el país, 4.641.600 personas estaban ligadas al subempleo, de acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC, 2019). Esto implica que reciben ingresos inferiores al salario mínimo (USD 400), no tienen una carga horaria acorde con la ley (40 horas por semana), ni beneficios (décimos, seguridad social, entre otros). La pandemia dinamitó la economía de esos trabajadores.
Entre el 16 y 20 de marzo, las restricciones de movilidad en el marco de la cuarentena empezaron a regir en ciudades como Quito, Guayaquil, Bogotá, Santiago y Lima. De este modo, el flujo en las calles se detuvo, al igual que la posibilidad de sobrevivir del comercio.
El 17 de abril el Ministerio del Trabajo estimó que como consecuencia de la emergencia, 508.000 personas podrían perder su empleo y otras 233.000 pasarían a la informalidad. El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que la tasa de desempleo escalaría hasta el 6,5%, casi tres puntos porcentuales más que el reporte más reciente del INEC: 3,8%.
En septiembre de 2019 el Gobierno de Lenín Moreno inició un proceso de legalización para venezolanos que concluye este 17 de mayo. Según los datos oficiales, antes de la pandemia, solo 11 % de esa población tenía un contrato laboral.
El no generar recursos también les imposibilita poder sostener los gastos de servicios básicos. Por ejemplo, desde que se declaró el estado de excepción el 16 de marzo, 70 familias han sido desalojadas de su vivienda en Quito. 101 en Guayaquil, donde habitan unos 200.00 venezolanos. Esto los obliga a buscar el camino de regreso, a pesar de las restricciones.
La Asociación de Venezolanos en Ecuador registra 700 familias en proceso de retorno.
Desde las protestas sociales que se produjeron en Ecuador, Chile, Colombia durante el último trimestre del año pasado, el régimen de Nicolás Maduro habilitó el plan Vuelta a la patria, pero este se paralizó debido a la crisis. Pero el movimiento de venezolanos intentando escapar de la crisis del nuevo coronavirus, hizo que el Gobierno lo reactive.
Para la primera semana de mayo la aerolínea estatal Conviasa repatrió a 180 desde Ecuador, 210 desde Perú y 250 de Chile. Sin embargo, los vuelos resultan insuficientes para la cantidad de personas que quiere volver..
Pero otros lo hacen a pie. Iván Flores junto a otros 20 compatriotas caminan las carreteras del continente desde el 29 de marzo, cuando salieron de Lima. Mes y medio después, para este 13 de mayo están a la altura de Calderón (Quito) con rumbo hacia Rumichaca, frontera con Colombia. Allí esperan que se abra el paso fronterizo o deberán asumir el riesgo de cruzar ilegalmente por las trochas.
“Llegué a Quito el 23 de abril. Me vine caminando porque no pude seguir pagando arriendo. Esperamos que en el Consulado nos resolvieran, pero no fue así. Nos cansamos y decidimos caminar hasta Colombia”, comentó Flores, quien en Perú se dedicó a la venta de chocolates.
En la capital ecuatoriana también se cansan de esperar. Pero protestan ante el Consulado. La tarde de este 13 de mayo, aproximadamente 70 personas esperan una solución de traslado, mientras cientos viajan por las carreteras entre Perú y Colombia con destino a Venezuela.
Naudy Torres, una de las personas que espera, relata la situación.
