Sólo en las provincias que conforman la zona 5 (Guayas, Los Ríos, Santa Elena, Galápagos y Bolívar), la droga decomisada en los primeros cuatro meses de este año, duplica la cifra del mismo periodo en el 2023. ¿Cuáles son las causas? 

En lo que va del 2024, se ha logrado incautar casi la mitad de la cantidad total de droga confiscada durante todo el 2023. Y no se han cumplido ni los primeros cuatro meses del año. 

Este es uno de los datos más destacados de la actual crisis de inseguridad, desde que el 9 de enero anterior se reconociera oficialmente la existencia de un conflicto armado interno, ya que hasta la fecha se han realizado 2.999 incautaciones, apenas el 13,24% de las 22.649 realizadas durante todo el año anterior.

A pesar de la menor cantidad de operativos, ya se logró incautar más del doble de la cantidad confiscada en los cuatro primeros meses del 2023 en las cinco provincias que conforman la Zona 5: Guayas, Los Ríos, Santa Elena, Galápagos y Bolívar. Hasta el 21 de abril, en estas provincias se confiscaron 31.904 kilogramos, lo que representa un aumento del 210.29% en comparación con los 15.171 incautados de enero a abril del 2023.

TABLA DE INCAUTACIÓN DE DROGAS EN KILOGRAMOS. 

Fuente: Dirección General de Investigación de la Policía Nacional.

	2022	2023	2024 (hasta 21 de abril)
Clorhidrato de cocaína	179.093	197.932	89.905
Pasta base	5.263	3.324	1.785
Marihuana	16.642	19.514	5.161
TOTALES	201.351	221.095	90.980

A escala nacional, en cambio, la Policía Nacional informó que hasta el 21 de abril anterior se habían incautado 90.980 kilogramos de drogas, lo que representa un 41,14% del total incautado durante el año anterior, cuando se confiscaron 221.095 kilogramos. Casi la totalidad, el 98,75% de la cantidad de estas incautaciones, corresponde al periodo en que se aplicó el Estado de Excepción, puntualiza la Policía.

¿Cómo se explica este incremento? Hay tres factores comunes, inmediatos y a mediano y largo plazo, que señalan los expertos consultados por Ecuador Chequea. Primero, el más visible e inmediato: el reciente Estado de Excepción, en el que se multiplicaron las operaciones militares y policiales para controlar la seguridad.

Segundo, a mediano plazo, el incremento de la producción de droga en países vecinos que ingresa al país para ser enviada a Estados Unidos y Europa. Esto se debe a que el país se ha «especializado» en logística de almacenamiento, transporte y embarque de la droga destinada a mercados globales.

Tercero, a mediano y largo plazo, la gran cantidad de fallos y vacíos que el Estado no logra superar para conseguir mayor apoyo y compromiso de los países productores y consumidores de droga, y para controlar a los operadores del narcotráfico y a sus contactos políticos, empresariales y hasta judiciales, que les ayudan a lavar dinero y mantener sus negocios ilícitos.

FACTOR DETERMINANTE: YA SE AUTORIZÓ LA INTELIGENCIA MILITAR

La conclusión a la que llegan los expertos también es común: dado que el fenómeno del narcotráfico no es local, sino transnacional, es infructuoso que Ecuador siga realizando esfuerzos por sí solo o con esporádicas ayudas de Estados Unidos y la Unión Europea. Se requiere, indicaron, estrategias integrales con la cooperación internacional para realizar cada vez más incautaciones y con una estrategia integral a escala internacional en materia de «inteligencia», controles en puertos y aeropuertos, y, sobre todo, análisis e intercambio de información estratégica sobre la financiación del narcotráfico y crímenes asociados.

Según Rafael Quintana, excoordinador militar del Centro de Inteligencia Estratégica, el aumento en las incautaciones de droga se atribuye al uso efectivo de la inteligencia militar este año. 

En contraste con años anteriores, en 2024 se autorizó y empleó la capacidad de recopilar, analizar y aplicar información relevante obtenida por las Fuerzas Armadas para que las operaciones contra el narcotráfico sean eficaces. Quintana afirmó que esta estrategia representa un cambio significativo en el enfoque de la lucha contra el crimen organizado en Ecuador.

TAREA PENDIENTE: EXIGIR CORRESPONSABILIDAD

Wagner Bravo, especialista en prospectiva estratégica y exdirector de operaciones conjuntas del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, sugirió que Ecuador debería reorientar su política exterior para que sus misiones diplomáticas sean más eficaces y también prioricen la búsqueda de apoyo concreto en la lucha contra el narcotráfico. Además, destacó la importancia de obtener compromisos y acciones reales por parte de Colombia, Perú y Bolivia, los principales productores de droga del mundo, para erradicar los cada vez más crecientes cultivos ilícitos.

“Estamos peleando con nuestros medios, se podría decir casi solos. Necesitamos una ofensiva internacional, ya sea en los gabinetes binacionales con Perú y Colombia, para la reducción de las plantaciones de coca. El presidente (de Colombia, Gustavo) Petro ha dicho ‘erradicación manual’, pero eso es imposible con más de 220 mil hectáreas y seguramente tendrán que rociar nuevamente glifosato”, manifestó.

En este sentido, Bravo recordó que, a diferencia de décadas pasadas, las plantaciones de hoja de coca ya no sólo son anuales, sino permanentes durante todo el año, sino también más resistentes.

“Se debe buscar la corresponsabilidad de los productores, Colombia, Perú y Bolivia, pero también de los consumidores, Estados Unidos y Europa, para que se busque una mejor estrategia de contención. En este momento sólo nos está apoyando Estados Unidos, pero necesitamos un apoyo más fuerte de la Unión Europea para que, con esa responsabilidad, México pueda controlar los grandes carteles, que están en el sur de Colombia y norte de Ecuador, son los dueños de toda la droga que se ha incautado”, comentó el especialista.

Con este criterio coincide el docente de posgrado en políticas públicas de seguridad en países de América Latina Freddy Rivera: “Se necesita una política exterior más proactiva porque necesitamos ayuda urgente para monitoreo, supervisión y entrenamiento por parte de la Unión Europea. Y también ayuda estadounidense frente a las rutas de distribución de drogas desde Galápagos”.

MAYOR CAPACIDAD DE ALMACENAMIENTO

Rivera también indicó que las cantidades de decomisos registradas en el primer trimestre de este año reflejan, únicamente, que en lugar de reducirse, se han incrementado las “bondades logísticas” que ofrece Ecuador a las organizaciones criminales y narcotraficantes para almacenar la droga en “caletas”, transportarlas hacia puertos, contaminar exportaciones o transportarla directamente en alta mar con embarcaciones de alta velocidad o semisumergibles.

“Yo no les llamo bandas, que son los operadores locales, los gatilleros, los extorsionadores. Yo les llamo corporaciones criminales, que están conectadas con Colombia, con capacidades enormes para acrecentar sus exportaciones explotando las debilidades del Estado. Eso quiere decir que el ‘Plan Fénix’, del que se habla en el discurso, no está funcionando en lo estratégico”, manifestó el experto.

CAUSAS

“Más allá del mérito de las incautaciones de Dirección de Antinarcóticos de la Policía Nacional, que es el órgano rector del tema, hay un abrupto crecimiento de los cultivos de coca en Colombia y en toda la región”, apuntó el investigador de fenómenos de crimen organizado en América Latina Daniel Pontón.

“De lo que se está hablando ahora es de la colindancia muy cercana de Ecuador con los cocaleros de Colombia y, eventualmente, hay una probabilidad, aunque aún no es muy significativa, de que cierta producción ya se está generando en el país”, señaló Pontón, luego de recordar una desarticulación de dos laboratorios en meses recientes.

BATALLA A LARGO PLAZO

Diego Pérez, catedrático de Seguridad y Defensa del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), expresó sus dudas de que se mantengan las altas cantidades de incautaciones en el mediano y largo plazo, una vez que concluyó el Estado de excepción decretado a inicios de enero.

“Es necesario saber cómo van a funcionar las incautaciones ya sin el Estado de Excepción, porque las primeras cifras dan cuenta que hay más cantidades y un contexto más beneficiosas para el país, pero se deberá entender esto con un retorno a la “normalidad” por parte de las instituciones de seguridad”, comentó.

“Es muy iluso pensar que por los operativos del Estado de Excepción esto va desaparecer, porque la dimensión del narcotráfico es tan grande, con organizaciones que mutan con mucha facilidad, cambian sus zonas y sitios de operación”, dijo al enfatizar en la necesidad de estrategias integrales a largo plazo.

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