Una página llamada Tierra Pura.org publicó una nota en la que asegura que, según un documento asesorado por el Gobierno de Reino Unido, las vacunas contra la COVID-19 son la razón del surgimiento de una posible nueva variante con una tasa de letalidad del 35%. Pues, según este website, las vacunas no previenen la infección ni la transmisión de las variantes existentes. Esto es falso. De hecho, el documento citado promueve la vacunación temprana y oportuna como principal medida para reducir el riesgo de mutaciones.
La fuente del artículo de Tierra Pura es otra página llamada Mente Alternativa. Igual que Tierra Pura, todos sus artículos están relacionados a la “ineficacia de las vacunas”, “falacias de la pandemia», etc.
La nota cita al documento elaborado por el Grupo de Asesoramiento Científico para Emergencias (SAGE) llamado “Long term evolution of SARS-CoV-2, 26 July 2021”. En español: Evolución a largo plazo del SARS-CoV-2, 26 de julio de 2021. Este es un trabajo elaborado por académicos de Reino Unido. Por lo que, analizan los datos solo de este país.
Este texto científico afirma que la erradicación del SARS-CoV-2 será “poco probable”. Y que siempre habrá variantes, el número de estas “dependerá de las medidas de control”. Describen allí escenarios hipotéticos sobre los cuales la COVID-19 podría evolucionar y mutar. En el primer escenario describen una variante que pueda causar una enfermedad grave con una morbilidad similar a el coronavirus en los animales del 10% o el MERSc-CoV con el 35% de letalidad. Afirman que podría suceder por dos causales específicas:
- Cambios en los genes internos del virus que producen mutaciones puntuales o con una recombinación con otros genes del contagiado. Genes como las proteínas.
- Recombinación entre variantes de interés y de preocupación. Por ejemplo, podrían combinarse la variante beta y alfa. Uno con un cambio en el pico de la glicoproteína, el mismo utilizado en la vacuna y el otro con una replicación de genes internos respectivamente.
Las glicoproteínas son moléculas compuestas que están implicadas en varias funciones fisiológicas incluyendo la inmunidad. El Dr. Osman Shavir explica en la página News Medical que muchos virus tienen glicoproteínas que les ayudan a incorporar las células corporales. La COVID-19, por ejemplo, entra en el sistema respiratorio y digestivo a través de su glicoproteína del pico o spike.
Según el COVID-19 Prevention Network, las vacunas con ARN mensajero generan una propia proteína característica del virus que alertará al sistema inmunitario llamada S o Spike. De esta forma, actúa como un manual para la producción de la proteína viral. Así el ARNm le pide a la célula que realice muchas copias de la proteína y se desintegre en el cuerpo. Cuando el sistema identifica a la proteína como invasora inicia la producción de anticuerpos para defender al organismo.
Con esta explicación, se concluye que las vacunas no son las causantes de una posible variante. Sino que su tecnología ayuda a la prevención de estas.
El documento genera una pregunta sobre este caso hipotético: “¿Qué podemos hacer?”. A lo que responde: “considere la posibilidad de dosis de refuerzo de la vacuna para mantener la protección contra enfermedades graves”. Especifican que es posible que algunas variantes evadan parcialmente la eficacia de las vacunas pero no por completo. Además, aseguran que muchas variantes aparecieron incluso antes de la vacunación, por lo que su origen no está relacionado con las vacunas.
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